La música latina, en particular la salsa y el merengue, ha sido durante mucho tiempo un medio para expresar las realidades políticas y sociales de los países latinoamericanos. Estos géneros no solo sirven como formas de entretenimiento y expresión artística, sino que también han sido vehículos poderosos para transmitir mensajes sobre temas políticos, desde la opresión y la injusticia hasta la lucha por la libertad y la justicia social.
La salsa, cuyo origen aun sigue siendo ampliamente debatible ubica parte de su historia en la música cubana, especialmente en géneros como el son cubano y la guaracha, su evolución y popularización se produjeron principalmente en la ciudad de Nueva York en la década de 1960. Su ritmo se nutre de una variedad de influencias latinoamericanas, ha sido especialmente influyente en la expresión de realidades políticas, convirtiéndose en el sonido de la comunidad latina, incluidos muchos inmigrantes provenientes de países latinoamericanos que buscaban una vida mejor en Estados Unidos.
En sus letras, la salsa a menudo aborda temas de desigualdad social, injusticia, corrupción política y resistencia. Muchos artistas y compositores han utilizado su música para dar voz a las luchas de sus pueblos de origen. Por ejemplo, los temas “Tiburón”, “Te están buscando” y “Desapariciones” De Rubén Blades, la producción Siembra de Willie Colón y Rubén Blades son otro ejemplo vivo del tema socio-político con canciones como “Pedro Navaja”, “Siembra”, “Plástico” y “Ojos” que critican la corrupción policial y social en América Latina, mientras que “Juanito Alimaña” de Héctor Lavoe es una crítica mordaz a la superficialidad y la corrupción socio-judicial en nuestro entorno.
Asimismo Wilfrido Vargas fue otro de esos intérpretes que abrazó la música como un medio para transmitir un mensaje que trascendió más allá del entretenimiento. Sus primeros pasos en esa geografía salsera, usualmente peligrosa para los artistas en su país se registró en 1974, con el estreno de la salsa «No matarás», compuesta por Bonny Cepeda, que contiene letras muy sugerentes que aluden en términos directos al quinto mandamiento cristiano, pero guarda un significado simbólico en su franca referencia a la República Dominicana gobernada por Joaquín Balaguer
El merengue, por otro lado, tiene sus raíces en la República Dominicana y se caracteriza por sus ritmos rápidos y alegres. Aunque inicialmente puede parecer más orientado hacia la celebración y el baile, el merengue también ha sido utilizado para abordar temas políticos y sociales en la región.
En la década de 1970, durante el gobierno del dictador dominicano Rafael Trujillo, el merengue se convirtió en una forma de resistencia para los dominicanos, quienes a menudo utilizaban letras codificadas para expresar su descontento con el régimen opresivo. Después de la muerte de Trujillo en 1961, el merengue continuó siendo un medio para discutir cuestiones políticas y sociales en la República Dominicana y más allá.
Canciones como “El costo de la vida” de Juan Luis Guerra , “La Política” de Los Kenton, “El Funcionario” de Wilfrido Vargas y “No me empuje” de Cuco Valoy, son un ejemplo de cómo el merengue puede ser utilizado para narrar historias que hablan de la corrupción socio-política en todos los sentidos.
Además de servir como medio para expresar las realidades políticas de los países latinoamericanos, tanto la salsa como el merengue también han sido utilizados como herramientas para promover la unidad y la solidaridad entre las comunidades. Estos géneros musicales pueden ser unificadores, ya que atraen a personas de diferentes orígenes y experiencias para bailar y celebrar juntas, independientemente de sus diferencias políticas o sociales.
En conclusión, la producción musical de temas inspirados en realidades políticas de países latinoamericanos, específicamente en salsa y merengue, ha desempeñado un papel crucial en la expresión de las luchas y aspiraciones de los pueblos de la región. Estos géneros no solo ofrecen una forma de entretenimiento, sino que también son poderosas herramientas para transmitir mensajes sobre temas importantes como la justicia social, la igualdad y la libertad. Ya sea a través de letras directas o narrativas más sutiles, la salsa y el merengue continúan siendo una voz para los marginados y una fuente de inspiración para aquellos que luchan por un cambio positivo en sus comunidades y en el mundo, aun cuando en estos tiempos modernos hayan tenido que reinventarse su poderosa voz sigue mas vigente que nunca!